Empezaré
con una aseveración popular que en este caso nos viene como anillo al
dedo: “Éramos pocos y parió la abuela”. Pues sí, este olivar nuestro no gana
para sustos. Resulta que la mayor amenaza para el olivar no es ni la expansión
de los cultivos en China, ni la producción marroquí, ni los bajos precios, ni
la Reforma de la Política Agraria Común.
El principal problema del olivar ya se
atisba en el horizonte y es mucho más grave que los antes enumerados. Esta
amenaza se llama “fracking” o “fracturación hidráulica”. Por la cuenta que nos
trae más nos vale que nos acostumbremos al nombre de la técnica y al nombre de
la empresa que pretende ponerlo en marcha: Oíl & Gas Capital S.L.
Esta técnica se basa en la extracción de
gas natural mediante una perforación, primero vertical y luego horizontal, por
la que se inyectan agua y arena a alta presión, junto con hasta 400 sustancias
químicas. Estos pozos llegan a profundidades de entre 2.000 y 3.000 metros,
pudiendo llegar a 5.000 metros.
La roca, tipo pizarra, se fractura y
permite la liberación del gas natural. Dentro de éstas sustancias que se
inyectan, y que en Estados Unidos las empresas han hecho lo imposible para no
tener que declararlas, hay según un Informe del Parlamento Europeo, sustancias
tóxicas, alergénicas, mutagénicas y carcinogénicas.
Y dirá más de uno: ¿Cómo afecta esto al
olivar? Pues me explico:
La empresa Oíl & Gas Capital S.L.
tiene solicitados y concedidos varios permisos previos a la explotación de gas
en la provincia mediante ésta técnica.
Me centraré en el caso del acuífero
Jurásico de Úbeda, un gigantesco acuífero carbonatado muy fracturado y que
cumple todos los requisitos para que todos los impactos negativos que ésta
técnica tiene puedan llegar a sufrirse.
Estamos ante un ejemplo “de libro” y que
puede ser extensible a acuíferos de toda la provincia y que afecta a las
principales zonas productoras de la provincia como son los municipios de Úbeda,
Baeza y Villacarrillo entre los municipios más importantes.
La zona de Úbeda se encuentra sobre un
gigantesco acuífero, que en su sector confinado ocupa una extensión de 630 Km
cuadrados. En éste acuífero hay perforados unos 300 pozos y se riegan con él
unas 20.000 hectáreas de olivar. Así mismo sobre él se encuentra otro más
pequeño, que recarga al anterior y que se encuentra conectado con él debido a
la gran cantidad de pozos que se han excavado.
La empresa Oíl & Gas Capital S.L. ha
solicitado una serie de permisos en la provincia. De ellos, dos serían los que
afectarían a éste acuífero en el extremo suroeste: Ulises 2, que actualmente
está vigente e Himilce 3, que está solicitado.
Si se excavaran pozos en éste área y se
explotaran mediante fracking el acuífero podría verse seriamente afectado.
Pudiendo llegar a contaminarse, a priori y en función de las direcciones de
flujo del mismo:
El
propio acuífero. Que entre la superficie libre y la confinada alcanza los 880
km cuadrados.
El
río Guadalimar. Inequívocamente vinculado al acuífero y salida natural de éste.
El
embalse de Giribaile que embalsa al Guadalimar y que está directamente en
contacto con el acuífero.
El
río Guadalquivir aguas abajo. Como río principal cuyo afluente es el
Guadalimar.
La unidad carbonatada de la zona de Beas de Segura. Que según varios
autores puede estar conectada con el acuífero.
El acuífero del Mioceno de Úbeda. Sobre la superficie de exploración y
comunicado por varios pozos con el acuífero carbonatado más profundo.
Contaminación del acuífero
La contaminación del acuífero sería más
que probable debido a la alta permeabilidad de éste, la intensa fracturación a
la que está sometido y a la gran profundidad a la que se encuentra. El pozo más
profundo que lo explota llega a los 770 metros.
Además los últimos estudios realizados tanto con sondeos sísmicos,
mecánicos y sondeos eléctricos verticales localizan una serie de fallas con saltos de entre 30 y
100 metros que afectan al acuífero y a las unidades subyacentes y que pueden
llegar a las profundidades a las que se prevé que se realice la explotación por
fracking.
Estas fallas podrían comunicar la zona de
explotación altamente contaminada con el acuífero y éste a su vez con el río Guadalimar, el acuífero
Mioceno de Úbeda e incluso con el acuífero del Parque Natural.
Sismicidad
Otro de los efectos perniciosos que se sentiría
en esta zona ya de por sí altamente castigada por la sismicidad, sería el
incremento de la misma. En la actualidad hay 3 grandes fallas regionales
cartografiadas, y parece que aceptadas, amén de las de menor tamaño no
cartografiadas. Estas fallas afectan a los materiales más profundos y con la
lubricación que supone la inyección de fluidos podrían reactivarse.
También podría incrementarse la
sismicidad por las propias inyecciones, fractura hidráulica y explosiones. Además de por los bruscos
cambios en los niveles de agua.
Actualmente hay autores que entre las
causas desencadenantes de los terremotos identifican como factor muy a tener en
cuenta la acción del agua, tanto en el acuífero, las unidades subyacentes y
supra yacentes. Esta agua podría haber reactivado viejas fallas o haber
ocasionado nuevas fracturas.
Otro efecto que podría aumentar la
sismicidad en la zona sería la disolución de grandes volúmenes de evaporitas de
la unidad geológica existente bajo el acuífero, debido al aporte de las
ingentes cantidades de agua necesarias para la explotación y que podrían
provocar colapsos o fenómenos
diapíricos que intensificarían
los terremotos.
Problemática
Nos encontraríamos así con una
contaminación que se extendería por gran parte de la provincia debido a la
contaminación tanto de aguas superficiales como subterráneas.
Difícilmente podríamos promocionar un
olivar y un aceite de oliva regado con aguas altamente contaminadas bajo el
epígrafe de calidad y cuyas debilidades ya se encargarían los numerosos
competidores de ponerlas de manifiesto. Amén de la publicidad negativa que
generaría la contaminación de una de las principales zonas productoras de la
provincia.
También se vería perjudicado el nombre de
nuestro Parque Natural de Cazorla, Segura y las Villas, si la contaminación lo
alcanzara, así como la marca de “Jaén, paraíso interior” que tanto se
promociona.
Si todavía algún defensor queda de esta
técnica, decirle que la excusa de los puestos de trabajo aquí vale para poco porque los pozos tienen una
vida media de 5 a 6 años y las empresas para su explotación contratarían
presumiblemente a trabajadores ya formados en Texas u Oklahoma, por ejemplo.
Dejando al final el territorio inservible para lo que secularmente se ha
utilizado.
Desde aquí, aunque poca gente nos lea,
animar al sector a que se documente y pida estudios de detalle sobre esta
amenaza que se está cerniendo y que organizaciones agrarias como UPA y COAG ya
han denunciado. Y a los pueblos afectados por estos permisos a que sigan el
ejemplo de Torreperogil y se declaren
“Municipios libres de Fracking”.
Repsol Investigaciones Petrolíferas S.A.
ha desistido del permiso de investigación Porcuna que tenía solicitado, tras
las alegaciones presentadas por la Casa de Alba por lesionar sus intereses. Por
algo será.
Sin embargo el Ayuntamiento de Úbeda,
pueblo que vería la totalidad de sus aguas subterráneas afectadas, parece ser
que ha desestimado la proposición de declarar el “Municipio libre de fracking”
con los votos en contra de los dos partidos mayoritarios.
Esperemos que se den cuenta de su error y
que nuestro árbol, que es el árbol sagrado de Atenea, triunfe una vez más y
nuestros políticos, aunque sea al ver el nombre de Ulises en los permisos, lo
recuerden y no se dejen llevar por los cantos de las sirenas. Nos va el futuro
en ello.
JAÉN Y SUS
PUEBLOS, LIBRE DE FRACKING.
ASAMBLEA
LOCAL DE IULV-CA BAILÉN
BAILÉN 2 DE NOVIEMBRE DE 2013
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