SER REVOLUCIONARIO ES; NO ARRASTRARSE A UNA CONCIENCIA COMPRADA, NI MUCHO MENOS TENER LA MORAL DE BOLSILLO. Fidel Castro-

lunes, 27 de enero de 2014

Programa y pacto para echar al PP

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Ex- secretario General PCE
1998-2009
Todo lo que sucede en la actualidad no es sólo fruto de los dos años de gobierno del PP. Viene de lejos la quiebra, desde que se impuso sin cortafuegos el devastador incendio del neoliberalismo como fase superior y más sucia del capitalismo, lo que no está reñido con el “imperialismo fase superior del capitalismo”, como se desprende de alguna que otra intervención desde la tribuna del XIX Congreso. Lo que escribo viene a cuento de que saldar las cuentas con el PP significa, en primer lugar, conocer la realidad y no retorcerla para que diga lo que nos interesa oír. Y la realidad nos dice que ni el PP ni el PSOE, ni sus socios según coyunturas, CIU, PNV, Coalición Canaria, ERC…, formularan desde 2007, año oficial de inicio de la crisis actual, y menos aún antes, en la etapa de los pelotazos y las burbujas, la más pequeña crítica al capitalismo en sí o, al menos, a su versión más brutal e incontrolada, el neoliberalismo, a pesar de que se estaban produciendo gravísimos desajustes y abriendo profundas brechas en el conjunto de la economía real, que potenciaban la “economía” especulativa, artificial, fraudulenta y corrupta. Recordar que todos (PP, PSOE, CIU...) se apuntaban al “éxito” deslumbrante del ladrillo, construyendo un millón de viviendas anuales en vez de las 350.000 que se necesitaban, mientras poco a poco y sin pausa se iba liquidando el sector industrial antiguo sin sustituirlo progresivamente por uno nuevo y se iba precarizando el mercado de trabajo con medidas sin pausa. Pura política especulativa frente a política industrial. 


Volviendo al inicio, no toda la responsabilidad de lo que ocurre es del PP, pero sí que el agravamiento hasta niveles altísimos de ello es del gobierno del PP de los dos últimos años, que ganó las elecciones con una campaña de acoso demagógico y populista a un desprestigiado PSOE, e inmediatamente se puso a hacer lo contrario de lo que había prometido. El resultado de esta política del PP es: una economía, en especial los grandes sectores estratégicos como la energía, el gas, el naval, el aéreo, más enfeudada todavía que antes a los grandes capitales extranjeros; la liquidación de multitud de empresas pequeñas y alguna mediana y la desaparición de millones de puestos de trabajo con consecuencias económicas, sociales y laborales, en muchos casos dramáticas, para la clase trabajadora; el recorte sistemático de las prestaciones en sanidad y educación del sector público y el ataque sistemático al sistema de pensiones público, en beneficio de los grandes grupos empresariales del privado; la corrupción generalizada como parte estructural de este régimen; el ataque a la cultura en general, con recortes y censuras que tiene su colofón más cutre y significativo, aún sin ser el más grave, en la retirada del nombre de Fernando Fernán Gómez del Teatro de La Villa de Madrid, por parte de Ana Botella y su gobierno municipal; y como acompañante imprescindible de todo ello la represión interna contra las manifestaciones y contra los manifestantes, dando carta blanca al derecho de porra y a las multas indiscriminadas y millonarias, lo que está culminando en una ley de Orden Público al estilo de la franquista, contra todos los que protestan, a los que se hace entrar en la consideración de delincuentes comunes o terroristas; y la potencial represión externa ampliando y reforzando los lazos con la organización terrorista OTAN y entregando aún más, eso sí “patrióticamente”, el territorio nacional de Rota para aventuras bélicas del imperialismo norteamericano y europeo, algo que el gobierno Zapatero pactó con los yanquis y que el PP ha elevado a la quinta potencia. Esto es un sucinto resumen de lo que hay, de lo que pasa y de lo que se tiene que barrer y con ello barrer también a los principales esbirros y protagonistas de estas políticas que nos hacen retroceder décadas: Rajoy, en primer lugar, que las mata callando pero que es como una termita social; Cospedal, otra que tanto, para que, con su protegido Carromero monten en Castilla La Mancha un quiosco de mantillas; Ignacio González, que siguiendo los pasos de la más desacomplejada neoliberal, Esperanza Aguirre, quiere privatizar hasta el aire. Y, junto a los citados, todos los acompañantes que perpetúan las fechorías sociales y políticas que creíamos cosas del pasado.



Es imprescindible un gran pacto social y político para echarlos de su responsabilidad en la vida pública, siendo conscientes de que lo que venga después será responsabilidad de todos los que nos conjuramos para ello. Este pacto debe tener un programa político breve, claro y concreto, y el acuerdo de duración definido para que una vez cumplido el objetivo, cada sector, o protagonista colectivo o individual del mismo, recupere su plena libertad, quedando claro que hasta este momento las organizaciones políticas, sindicales y movimientos sociales que lo suscriban continúan ejerciendo sus funciones en la sociedad sin otra cortapisa que la de apoyar y defender el acuerdo y no ponerlo en cuestión. No sería ni tan siquiera un acuerdo de mínimos, sino para hacer frente a una situación que se ha vuelto excepcional, a causa de las políticas cada vez más conservadoras y reaccionarias del PP. La calle, es decir la clase trabajadora y los sectores populares del mundo del trabajo asalariado y autónomo y los pequeños empresarios que no se resignan a continuar en esta situación, deben ser los protagonistas y jueces para un cambio que, junto a los representantes públicos en las diversas instituciones, partidarios o defensores del cambio, deben convertir en un proceso constituyente. Proceso en el cual los comunistas debemos defender el programa político recién aprobado en el XIX congreso del PCE, así como el aprobado en IU hace un año.



SOBRE EL XIX CONGRESO. Espero que cada organización del partido, desde los comités regionales o de nacionalidad, a los provinciales, comarcales y locales, hasta las agrupaciones de base, mantenga el mismo grado de optimismo y euforia expresado por los dirigentes y delegados presentes en el congreso, para poner en marcha y desarrollar hasta las últimas consecuencias políticas y organizativas lo aprobado. De otra forma sería una frustración más de las muchas que ya llevamos encima. Es un momento difícil pero también importante, si el conjunto del partido centra todas sus energías políticas y humanas en el núcleo fundamental de lo aprobado: derrotar al PP y al bipartidismo, abrir una perspectiva de cambio social basada en la defensa a ultranza de los derechos y libertades básicas, denunciar y combatir el secesionismo y culminar el estado de las autonomías en un estado federal, que nosotros/as defenderemos como republicano con orientación socialista, defender asimismo una Europa de los pueblos frente a la del capital, y la paz y la solidaridad internacionalista frente a la guerra, el imperialismo y el saqueo de los pueblos.



LIBERTAD INMEDIATA PARA LOS 4 CUBANOS SECUESTRADOS EN EEUU.


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